El lado intangible de la revolución

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Decía Ortega y Gasset que la Revolución es contra los usos y no contra los abusos. La Revolución es una modificación del estado del espíritu del ser humano, de su mecanismo psíquico, en definitiva, de su sistema de creencias 1. Afortunadamente, en los últimos tiempos, se empieza a profundizar en el significado de la revolución más allá de la protesta organizada frente a la injusticia de un sistema opresor al que no se cuestiona en su raíz última.

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Por fin se empieza a reivindicar un cambio de sistema, una “Revolución integral” que apela a un cambio profundo en la estructura socioeconómica del mundo; con una economía al servicio del ser humano, con una organización de tipo autogestionario, una ética del bien común y una metodología no violenta.

Este artículo pretende hacer una breve aproximación al tema de la Revolución en sus diferentes aspectos y un esfuerzo de imaginación a modo de ideas-fuerza, en la dirección revolucionaria que parece observarse en el momento actual.

La Revolución en el sistema de valores.

El gran mito del dinero como tema central alrededor del cual gira todo será sustituido por el ser humano como valor más importante. Nada tiene más valor que la vida, en general, y la vida humana en particular.

La Revolución en la economía.

La economía será planificada para satisfacer las necesidades de la gente en lo que hace a vivienda, nutrición, educación, sanidad, desplazamiento, etc.

La Revolución en el trabajo.

Desaparecerá el trabajo remunerado obligatorio. Cada uno cumplirá una función social de acuerdo a su formación y a las necesidades organizativas que serán repartidas equitativamente.

La Revolución en el aspecto existencial.

Experimentaremos que existimos porque estamos vivos y que los demás también existen porque su vida se juega con la nuestra.

La idea de Revolución empieza a anidar en los corazones. Poco a poco terminará por esclarecerse en nuestras cabezasHaz click para twittear

La Revolución en las relaciones humanas.

Se practicará la denominada “Regla de oro”: Tratar a los demás como uno quiere ser tratado.

La Revolución en la relación con uno mismo.

Se aspirará a la coherencia entre lo que se piensa, se siente y se hace.

La Revolución en la organización social.

Se pondrá en práctica un modelo de democracia real donde el poder de decisión estará en la base social.

La Revolución en lo espiritual.

Se reconocerá la experiencia de lo “sagrado” en el interior del ser humano y se aspirará al desarrollo de toda su potencialidad.

La Revolución en filosofía.

La filosofía recuperará su carácter fundamentante de la Realidad y del resto de ciencias.

La Revolución en la conceptualización del ser humano.

Se considerará al ser humano como ser histórico cuyo modo de acción transforma a su propia naturaleza.

La Revolución en psicología.

Se partirá del carácter intencional de la conciencia para explicar el mecanismo psíquico en una dirección evolutiva y libertaria.

La Revolución en educación.

Se habilitará a los niños en un pensamiento crítico, coherente y transformador de la realidad. Se potenciará un desarrollo armónico de todas sus aptitudes mentales, emocionales y motrices.

La Revolución tecnológica.

La ciencia y la tecnología servirán para hacer la vida más fácil y, en lo posible, proporcionar más tiempo libre para dedicar a lo que realmente queremos hacer.

Todos estos ejemplos, y otros muchos más, se refieren siempre a una misma cosa: Su carácter revolucionario estriba en que cualquiera de ellos implica a todos los demás. La idea de Revolución empieza a anidar en nuestros corazones. Poco a poco terminará por esclarecerse en nuestras cabezas.

Comenzamos con Ortega y terminaremos con una cita de Silo sobre el tema de la dirección revolucionaria: El problema que se está planteando ahora es, precisamente, el del futuro del sistema ya que éste tiende a revolucionarse mecánicamente sin mediar orientación progresiva alguna. La orientación en cuestión depende de la intención humana y escapa a la determinación de las condiciones que origina el sistema 2.

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1.- Ortega y Gasset, Jose El ocaso de las revoluciones
2.- Silo, Cartas a mis amigos. Sobre la crisis social y personal en el momento actual

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