Primer «Presupuesto del Bienestar» para conseguir justicia social

Se trata de una medida histórica pues plantea la posibilidad de un cambio de paradigma que pone en cuestión la idea del crecimiento económico como fundamento de la planificación presupuestaria frente al objetivo de “bienestar social” como meta del modelo económico a seguir.

El gobierno de Nueva Zelanda, liderado por la laborista Jacinda Ardern, reveló hoy su primer «Presupuesto del Bienestar» con partidas para la lucha contra la pobreza infantil, violencia doméstica y apoyo a los indígenas, entre otras medidas.

«Si bien el crecimiento económico es importante, y es algo que seguiremos buscando, por sí mismo no garantiza las mejoras de los estándares de vida de los neozelandeses», dijo el pasado viernes la Primera Ministra, Jacinda Arden, en un encuentro con empresarios en Auckland.

«Nadie quiere vivir en un país donde, a pesar de que se produzca un fuerte crecimiento económico, haya familias sin hogar, el medio ambiente se degrade con rapidez, o las personas con problemas de salud mental no reciban el tratamiento que necesitan», añadió la dirigente laborista.

El Presupuesto contempla nuevos gastos de unos millones de euros en los próximos cuatro años, de los cuales unos millones NZD (997 millones USD o 878 millones EUR) irán destinados a programas de salud mental y la lucha contra las adicciones en el país.

Asimismo destinará 702 millones de euros para nuevas escuelas y 644 para los centros estatales de cuidado de menores en riesgo, entre otras medidas que incluyen ayudas para los sin techo, medidas para impulsar nuevos negocios y a la lucha contra el cambio climático.

Nadie quiere vivir en un país donde, a pesar de que se produzca un fuerte crecimiento económico, haya familias sin hogar, el medio ambiente se degrade con rapidez, o las personas con problemas de salud mental no reciban el tratamiento que necesitanHaz click para twittear

El Presupuesto contempla un superávit de millones de euros para el año fiscal 2018-19, el cual se contraerá a 819 millones para el siguiente año fiscal, mientras que pronostica una deuda del 19,9 % del PIB para el 2021-22.

La iniciativa neozelandesa sigue a la de Bután, que en 2008 introdujo el indice de «felicidad nacional» para guiar la política de su gobierno, y a declaraciones como las del ex Primer Ministro británico David Cameron o del ex presidente francés Nicolás Sarkozy, que en su momento abogaron por priorizar como criterio el bienestar frente al PIB.