El lenguaje del psiquismo. Taller de psicología humanista VII

Publicado en: MeditAccion 2

En los talleres anteriores hemos estudiado al psiquismo en función de la vida. Describimos su composición y funcionamiento. Observamos algunos tópicos como el fenómeno de la percepción, la formación de las creencias y el paisaje de formación. También vimos cómo operaban los ensueños en su función de compensación de tensiones y climas, y destacamos la existencia de una “sensibilidad profunda” que, actuando como trasfondo, orientaba nuestra vida.

Traducción de impulsos

Hemos explicado que la información con la que trabaja el psiquismo es traducida a un mismo sistema de impulsos electroquímicos. La base del psiquismo es endocrina y neuronal. La neurobiología puede aportar mucha información acerca del funcionamiento del psiquismo pero ese no es nuestro punto de vista. Nosotros estamos en el campo de la psicología descriptiva, que trata de explicar los fenómenos mentales desde el punto de vista de la percepción de los mismos, desde la descripción de su composición. Esta observación nos permite comprender cómo se relacionan y verlos en dinámica a través de la conducta humana (desde la perspectiva de la psicología del comportamiento).

La principal fuente de entrada de información al psiquismo son los sentidos y la memoria. La conciencia procesa esos datos en forma de imágenes, emplazándolas en el espacio de representación, a fin de elaborar una respuesta. Por ejemplo: Suena el timbre de la puerta. Reconocemos ese sonido gracias a que lo tenemos codificado en memoria. Nuestra conciencia emplaza una serie de imágenes-respuesta kinestésicas que movilizan nuestro cuerpo hacia el interfono. Nuestro visitante contesta “Yo”. Inmediatamente evocamos la imagen de nuestro padre y abrimos la puerta.

En esta simple acción, de abrir la puerta, han operado multitud de imágenes visuales, tactiles, cenestésicas… La memoria ha evocado información proveniente del campo de copresencia. La conciencia ha estructurado todos los datos, en forma de representaciones, coordinando multitud de respuestas de tipo motriz, emotivo e intelectual. Y todo este trabajo, perfectamente codificado, lo hemos realizado de manera mecánica, sin necesidad de atender a lo que sucedía en nuestra psique.

Asociación y abstracción

La conciencia organiza las imágenes en el espacio de representación por vía asociativa o por vía abstractiva. Todo objeto de percepción, que aparece en el campo de presencia, suscita cadenas asociativas con el campo de copresencia por relación de similitud (se parece), contigüidad (está contenido o próximo) y contraste (se opone). Por ejemplo: Si miro una fotografía de la Torre Eiffel puedo asociar, por contigüidad, la ciudad de París. Si pienso en el colo blanco puedo relacionarlo, por contraste, con el color negro. Si miro a una persona puedo determinar que es similar a otra. Etcétera.

Transformación de impulsos

Los impulsos que llegan a la conciencia, desde los sentidos y la memoria, son traducidos a un sistema electroquímico pero, además, son transformados por las distintas elaboraciones que hacen los sentidos, la memoria y la conciencia, según sea el nivel de trabajo. Por ejemplo, en el nivel de sueño; un ardor estomacal, que es un dato cenestésico, se puede convertir en la imagen visual de un incendio. Esta capacidad de traducción y transformación de impulsos, en el psiquismo, dificulta en gran medida rastrear la condición de origen de un fenómeno de conciencia dado.

Podemos comprender un poco más el funcionamiento de los ensueños propios del “fantaseo cotidiano” (que estudiamos en el taller anterior), como elaboraciones de la conciencia cuyo origen cenestésico se encuentra en el núcleo de ensueño. Así, el ensueño se constituye en una imagen-respuesta, lanzada por la conciencia a la mente, que responde a la compensación de tensiones y climas que, de otro modo, provocarían un dolor o sufrimiento mayor.

Dolor y sufrimiento

Desde este punto de vista, la descripción del dolor como simple sensación resulta insuficiente. Esto es debido a que numerosos impulsos cenestésicos, (registrados como dolorosos), pueden tener su origen en puntos que han sido ilusoriamente modificados y vueltos a transformar en la experiencia de la evocación. En mayor medida, el sufrimiento mental, transformado por la imaginación, amplia la distancia entre el impulso inicial y la imagen-respuesta provocadora de registro. De este modo, muchos sufrimientos no existen en ninguna parte, salvo en las imágenes traducidas y transformadas en nuestra imaginación.

La “Forma” en que se estructuran los impulsos

Haciendo un símil con la Teoría de las Ideas de Platón, donde la Idea constituía la “Forma” o ámbito del objeto, diremos que cada aparato del psiquismo tiene un modo característico de organizar los impulsos. A esta particular manera de estructurar la información podemos llamarle “Forma”. La memoria, la conciencia y los diferentes fenómenos mentales tienen su particular forma de trabajo. De un mismo objeto se pueden tener diferentes perspectivas que darán lugar a distintas estructuraciones (Formas) de percepción o representación pudiendo parecer que se trata de objetos distintos. Un mismo paisaje puede ser diametralmente considerado por las distintas personas que lo miran.

Símbolos y signos

Cuando la conciencia organiza los impulsos por el canal abstractivo adquieren forma simbólica. El símbolo es una imagen que sintetiza una cantidad de elementos y abstrae la información esencial para poder ordenarla. Una de las principales funciones del símbolo es la de codificar registros. En este caso se denomina signo.

El signo cumple con la función de codificar registros internos y expresar convencionalmente abstracciones para operar en el mundo. Por ejemplo, el lenguaje. La palabra suscita en el interlocutor un registro interno por el reconocimiento compartido del símbolo codificado o signo. Pero también los gestos, miradas, posturas… pueden establecer un sistema de relación sígnica. Es gracias a estos registros codificados que pueden establecerse relaciones entre las personas.

Alegorías

A diferencia del símbolo (que es fijo), la alegoría es una imagen dinámica producida por la vía asociativa de la conciencia. Es una imagen que unifica múltiples elementos que se van transformando. Lo alegórico es fuertemente situacional, relata situaciones referidas a la mente individual, por, ejemplo, en los sueños, el arte, la mística, etc. o colectiva, como en los cuentos, la mitología, la religión…

Apresar situaciones alegóricamente permite operar sobre el mundo real, aunque sea de modo indirecto. Por ejemplo, se puede alegorizar un estado interno y decir “es que me siento como cayendo por un tubo”. Siempre es importante tener en cuenta el clima que acompaña a la alegoría pues es el que nos va a indicar su significado.

En síntesis

El psiquismo trabaja con impulsos electroquímicos que se estructuran de diferente forma. Estas formas constituyen ámbitos mentales de registro interno que nos permiten aprehender los distintos fenómenos internos y/o externos.

Según estas imágenes se configuren por vía asociativa operarán en forma alegórica, como representaciones que unen múltiples elementos en forma narrativa. O, si lo hacen por vía abstractiva, configurarán símbolos que sintetizan lo esencial del fenómeno permitiendo ordenarlo o codificarlo convencionalmente.

Trabajo práctico:

Roles

Un rol es un sistema de comportamiento codificado que representamos en distintas circunstancias de la vida. Es un papel que desempeñamos para adaptarnos al medio social. A veces, los roles están mal configurados o no son válidos para adaptarnos a situaciones nuevas.

Revisar los roles que cumplimos en la vida diaria permite comprender muchos aspectos de nuestro cotidiano quehacer y rescatar una actitud básica, (relacionada con el núcleo de ensueño) y la conveniencia o no de modificarla.

Ejercicio:

Anota, por ámbitos vitales, el rol que desempeñas en cada circunstancia.

Por ejemplo:

    • Trabajo: Rol de jefe enérgico, etc. Rol de subordinado llevado con cautela…
    • Hogar: Rol de padre severo parecido al de jefe en el trabajo, etc.
    • Amistades: Rol de jefe con las amistades de menor “estatus”. Rol de consejero con las de mayor “estatus”, etc.
    • Sexo opuesto: Rol de joven despreocupado…
    • Situaciones nuevas: Rol de observador silencioso y crítico mordaz, etc.
    • Situaciones difíciles: Rol de acompañante, nunca de jefe…

Actitud básica: De seguridad mal compensada. Temor al cuestionamiento. Desplazamiento del cuestionamiento esgrimiendo actitudes seductoras.

Debe extraerse la actitud básica de las coincidencias en la forma de juzgar los roles. Habrá también que explicar en qué casos aparecen los roles mal configurados, confundidos, y otros para los que no se cuenta con respuesta.


Para ampliar el tema:

Morfología. Signos, simbolos, alegorías, José Caballero

Apuntes de psicología, Silo

Autoliberación, L. A. Amman

El psiquismo como función de la vida. Taller I

Los fundamentos del psiquismo. Taller II

La función de la imagen y el espacio de representación. Taller III

El campo de copresencia. Taller IV

El ser humano en situación y no como subjetividad aislada. Taller V

El fantaseo cotidiano y hacia dónde va nuestra vida. Taller VI

image_printImprime el texto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.